22 – 11 – 2025
El invierno jerezano amaneció con ese sol limpio que parece bruñir las piedras antiguas, y bajo esa luz serena celebramos la segunda edición de nuestra ruta literaria Jerez Victoriano. Tras el éxito de la semana pasada, veintinueve participantes se unieron a este nuevo paseo por la memoria de la ciudad. El cupo volvió a quedarse corto: diecisiete personas quedaron fuera de plazo, así que antes de que termine 2025 ofreceremos una última convocatoria que cerrará nuestro ciclo de rutas del año.
El recorrido repitió su hechizo. Las noventa y tres imágenes antiguas que llevábamos en la tablet volvieron a abrir sus ventanas al siglo XIX, revelando ese Jerez en transformación que aún late bajo la superficie contemporánea. Esta vez, sin embargo, el itinerario añadió un matiz particular: en las paradas de las plazas Asunción, Plateros y Banco tuvimos que sortear el bullicioso montaje de las zambombas, cuyas estructuras comenzaban a reclamar su espacio en las calles. Aquel contraste entre la vida festiva que despierta y la ciudad decimonónica que evocábamos dotó al paseo de un aire casi teatral, como si dos tiempos distintos convivieran ante nuestros ojos.
A medida que avanzábamos, volvimos a detenernos en la intensa relación entre Jerez y Londres, un vínculo que hizo de nuestra ciudad un nodo de modernidad en pleno siglo XIX. Hablamos de comerciantes, bodegueros y viajeros; de las ideas que cruzan mares igual que los vinos; de cómo ese intercambio aceleró el pulso de la ciudad y dejó una huella que todavía se percibe en calles, plazas y edificios.
La jornada concluyó con la misma sensación que nos dejó la primera: la de haber compartido un viaje a un Jerez que aún respira bajo el presente. Fue un paseo luminoso, guiado por la historia, las imágenes y la curiosidad de quienes nos acompañaron. Nuestra Sociedad Literaria Sherlock Holmes continúa así su propósito: observar la ciudad con ojos nuevos para descubrir, juntos, las historias que sigue susurrando.
