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  • Charla “La estirpe de Irene Adler: damas del misterio”, por Mª José Solano

    Charla “La estirpe de Irene Adler: damas del misterio”, por Mª José Solano

    12 / 12 / 2025

    El viernes por la tarde, cuando Jerez se debatía entre el bullicio de las zambombas y ese latido festivo que va tomando las calles en diciembre, nuestra Sociedad vivió una de esas citas que confirman que la literatura, cuando es verdadera, siempre encuentra su lugar. Mientras en el exterior sonaban panderetas y villancicos, dentro se imponía otro ritmo: el de la palabra bien dicha y la escucha atenta.

    La charla La estirpe de Irene Adler: damas del misterio, impartida por Mª José Solano, congregó a treinta y cinco asistentes, una cifra que habla por sí sola tratándose de un viernes por la tarde y en plena antesala navideña. Socios veteranos, amigos de la casa, personas que se acercaban por primera vez e incluso quienes lo hacían movidos por el deseo de asociarse compartieron espacio y silencio, ese silencio fértil que solo se produce cuando el discurso atrapa.

    Desde el primer momento, la figura de Irene Adler se alzó no como excepción, sino como linaje. A partir de ella, Mª José fue trazando un mapa amplio y apasionante de mujeres escritoras del misterio, muchas de ellas injustamente relegadas, otras directamente desconocidas para el lector en español. La charla avanzó con rigor y elegancia, entre referencias literarias, contextos históricos y reivindicación serena, demostrando que el género siempre tuvo voz femenina, aunque no siempre oídos dispuestos a escucharla.

    Para varios de nuestros socios más recientes, esta fue la primera actividad a la que asistían. Sus comentarios al finalizar —de sorpresa, de entusiasmo, de agradecimiento— fueron quizá uno de los mejores termómetros del éxito de la tarde. La calidad de la charla, su claridad expositiva y la pasión contenida de la ponente dejaron una impresión honda, de esas que invitan a quedarse.

    Hubo también un interés muy concreto que se repitió en las conversaciones posteriores: muchos asistentes nos pidieron el listado de mujeres escritoras no traducidas al español que Mª José mencionó durante su intervención. Una señal inequívoca de que la charla no solo fue escuchada, sino que despertó curiosidad, ganas de leer y de seguir investigando por cuenta propia.

    Al terminar, mientras fuera continuaba la fiesta popular, dentro permanecía ese otro eco más íntimo: el de las ideas que se entrecruzan, los nombres que se anotan a lápiz, las preguntas que no se agotan al cerrar la puerta. Fue una tarde que confirmó, una vez más, que nuestra Sociedad es también un refugio para la reflexión y la memoria literaria, incluso —o quizá especialmente— cuando la ciudad celebra.

    Y así, entre el rumor lejano de las zambombas y la estela persistente de Irene Adler y sus herederas, dimos por concluida una actividad que ya forma parte de esas pequeñas victorias culturales que merecen ser contadas.

  • Lectura compartida de El carbunclo azul y charla sobre la Navidad victoriana

    Lectura compartida de El carbunclo azul y charla sobre la Navidad victoriana

    4 / 12 / 2025

    El atardecer jerezano llegó ayer con ese frío suave que anuncia la estación sin imponerse, y bajo esa quietud celebramos una de las actividades más entrañables de nuestro calendario: la lectura compartida de El carbunclo azul y una charla sobre las tradiciones de la Navidad victoriana. Fue un encuentro cálido, casi doméstico, de esos que parecen encender una luz antigua en mitad de diciembre.

    Veinticinco asistentes —en su mayoría socios, acompañados de algunos invitados— llenaron el espacio con esa mezcla de curiosidad y camaradería que tanto caracteriza a nuestra Sociedad. Entre todos dimos vida al relato, siguiendo los pasos de Holmes y Watson desde la escena inicial del sombrero perdido hasta el inesperado desenlace que hace de este cuento una rareza luminosa dentro del canon. Las páginas resonaron con ese humor discreto y esas observaciones minuciosas que Conan Doyle sembró como guiños para el lector atento.

    La velada estuvo acompañada por roscos caseros y copas de cream de Jerez, que perfumaron el ambiente con un aroma festivo y nostálgico, casi como si la Baker Street decimonónica se hubiese abierto un hueco en nuestra ciudad. Entre sorbo y sorbo conversamos sobre la Navidad victoriana: sus ritos, sus supersticiones, sus luces de gas, y ese espíritu de comunidad que impregnaba las calles de Londres en tiempos de Holmes.

    También hubo tiempo para mirar hacia adelante. Compartimos las actividades ya cerradas, comentamos las que estamos preparando y escuchamos nuevas propuestas que aportaron los socios, siempre generosos en ideas y entusiasmo. Esa conversación abierta es, sin duda, una de las señas de identidad más valiosas de nuestra Sociedad.

    Como recuerdo de la sesión, obsequiamos a los asistentes con una postal que reproducía la ilustración original de Sidney Paget para El carbunclo azul. En el reverso, una frase que nos acompañó durante la lectura:
    «—El juego ha terminado, Ryder —dijo Holmes con calma —. ¡Sujétese, hombre, que se va a caer al fuego! Ayúdele a volver a la silla, Watson. No tiene sangre suficiente para meterse en delitos impunemente. Dele un poco de brandy. Eso es, ahora parece más humano.»

    Un pequeño guiño al ingenio del detective y al temblor moral que recorre el relato.

    Y, como siempre, la actividad fue grabada para su próximo estreno en el canal de YouTube de la Sociedad, donde seguirá disponible para quienes deseen revivirla o descubrirla por primera vez.

    La tarde terminó con ese murmullo que queda tras las buenas lecturas: voces que se cruzan, ideas que despiertan y una chispa de invierno que parece invitar a seguir encontrándonos.

  • Ruta literaria Jerez Victoriano II

    Ruta literaria Jerez Victoriano II

    22 – 11 – 2025

    El invierno jerezano amaneció con ese sol limpio que parece bruñir las piedras antiguas, y bajo esa luz serena celebramos la segunda edición de nuestra ruta literaria Jerez Victoriano. Tras el éxito de la semana pasada, veintinueve participantes se unieron a este nuevo paseo por la memoria de la ciudad. El cupo volvió a quedarse corto: diecisiete personas quedaron fuera de plazo, así que antes de que termine 2025 ofreceremos una última convocatoria que cerrará nuestro ciclo de rutas del año.

    El recorrido repitió su hechizo. Las noventa y tres imágenes antiguas que llevábamos en la tablet volvieron a abrir sus ventanas al siglo XIX, revelando ese Jerez en transformación que aún late bajo la superficie contemporánea. Esta vez, sin embargo, el itinerario añadió un matiz particular: en las paradas de las plazas Asunción, Plateros y Banco tuvimos que sortear el bullicioso montaje de las zambombas, cuyas estructuras comenzaban a reclamar su espacio en las calles. Aquel contraste entre la vida festiva que despierta y la ciudad decimonónica que evocábamos dotó al paseo de un aire casi teatral, como si dos tiempos distintos convivieran ante nuestros ojos.

    A medida que avanzábamos, volvimos a detenernos en la intensa relación entre Jerez y Londres, un vínculo que hizo de nuestra ciudad un nodo de modernidad en pleno siglo XIX. Hablamos de comerciantes, bodegueros y viajeros; de las ideas que cruzan mares igual que los vinos; de cómo ese intercambio aceleró el pulso de la ciudad y dejó una huella que todavía se percibe en calles, plazas y edificios.

    La jornada concluyó con la misma sensación que nos dejó la primera: la de haber compartido un viaje a un Jerez que aún respira bajo el presente. Fue un paseo luminoso, guiado por la historia, las imágenes y la curiosidad de quienes nos acompañaron. Nuestra Sociedad Literaria Sherlock Holmes continúa así su propósito: observar la ciudad con ojos nuevos para descubrir, juntos, las historias que sigue susurrando.

  • Ruta literaria Jerez victoriano

    Ruta literaria Jerez victoriano

    15 – 11 – 2025

    Ni la lluvia pertinaz ni el viento caprichoso lograron frenar nuestra Ruta literaria Jerez Victoriano, una de esas actividades que, desde el primer paso, se convierten en un diálogo entre pasado y presente. La convocatoria superó todas las expectativas: tantos fueron los socios y curiosos que quisieron acompañarnos que hubo que organizar una segunda edición para el día 22.

    En la primera jornada, treinta participantes caminaron por las calles de un Jerez que aún guarda, bajo la piel moderna, las huellas profundas del siglo XIX. Acompañados por una tablet que reunía noventa y tres fotografías antiguas, fuimos desvelando rincones perdidos, trazas de un urbanismo en plena transformación y escenas que mostraban cómo la ciudad se abría, paso a paso, a la modernidad. Cada imagen se convirtió en una pequeña ventana al pasado: plazas antes distintas, fachadas hoy desaparecidas, perfiles que el tiempo ha suavizado pero no borrado.

    Durante el recorrido evocamos la poderosa relación entre Jerez y Londres, un vínculo tejido a través del comercio del vino, pero que trascendió pronto lo puramente económico. Aquella conexión impulsó cambios urbanísticos decisivos y colocó a la ciudad, en pleno siglo XIX, en una red de influencias que aceleró su desarrollo. Hablamos de bodegueros, comerciantes, viajeros y arquitectos; de cómo el Jerez cruzó mares y regresó convertido en motor de modernidad; de cómo las ideas, al igual que los vinos, viajan y transforman.

    La ruta literaria Jerez Victoriano fue, en definitiva, un viaje compartido: una lección de historia al aire libre, un ejercicio de memoria urbana y una celebración del espíritu inquieto de nuestra Sociedad Literaria Sherlock Holmes. Un paseo que nos recordó que las ciudades tienen más de una vida y que, cuando nos detenemos a mirarlas con atención, siguen susurrándonos historias que merecen ser contadas.

  • ¡A la salud de Sherlock!

    ¡A la salud de Sherlock!

    7 – 11 – 2025
    El majestuoso Palacio del Virrey Laserna abrió ayer sus puertas para acoger una velada muy especial: nuestra primera cata literaria holmesiana, una experiencia sensorial en la que el vino de Jerez se convirtió en hilo conductor entre la literatura, la historia y la hospitalidad local.

    La cita contó con la generosidad del marqués de Mortara, anfitrión del encuentro, y con la colaboración de Bodegas González Byass, que ofreció los vinos protagonistas de la noche, y del Tabanco Plateros, que cedió las copas con la elegancia de quien conoce la importancia de los detalles. La sesión estuvo dirigida por Miss Catas, que guió a los asistentes a través de un recorrido enológico y narrativo por los matices del Jerez, sus aromas, sus luces y sus ecos literarios.

    Durante la actividad, degustamos cuatro vinos cuidadosamente seleccionados, cada uno acompañado de un fragmento audiovisual que reflejaba la presencia —explícita o simbólica— del vino de Jerez en el universo de Sherlock Holmes. Los clips proyectados pertenecían a distintas adaptaciones cinematográficas y televisivas:


    1️⃣ El perro de los Baskerville (Hammer Productions, 1959)
    2️⃣ El colegio Priory (Granada TV, 1986)
    3️⃣ El aristócrata solterón (Granada TV, 1993)
    4️⃣ La piedra de Mazarino (Granada TV, 1994)

    Durante la introducción, recordamos la profunda relación entre Jerez e Inglaterra, que va mucho más allá del comercio del vino. Se evocaron episodios como la fundación de la Cámara de Comercio de España en Londres, impulsada gracias al mecenazgo del jerezano Manuel Misa y Bertemati, o la curiosa historia de la puerta de la bodega Díez Mérito, réplica exacta de la que luce el Kensington Palace londinense.

    También se subrayó que, aunque el vino de Jerez solo aparece mencionado de manera literal en el relato El aristócrata solterón, su espíritu impregna buena parte del universo holmesiano: ese refinado equilibrio entre tradición y misterio, entre placer y deducción, tan propio del detective victoriano y de nuestra propia tierra.

    La cata literaria holmesiana no solo rindió homenaje al Jerez como símbolo de encuentro entre dos mundos, sino que también celebró el espíritu de la Sociedad Literaria Sherlock Holmes, siempre dispuesta a explorar los vínculos entre literatura, historia y placer intelectual.

  • El lado oscuro de la cultura victoriana

    El lado oscuro de la cultura victoriana

    31 – 10 – 2025

    La tarde del 30 de octubre, la librería El Laberinto se transformó en un escenario digno de los más turbios callejones londinenses. Allí celebramos nuestra actividad de Halloween: El lado oscuro de la cultura victoriana, una inmersión literaria y simbólica en esa época donde la niebla y el pensamiento convivían con la razón científica y el miedo a lo desconocido.

    Bajo la guía de Adrián Otero y Margarita Lozano, los veinticinco asistentes emprendieron un viaje entre las sombras y las luces del siglo XIX. La velada tomó como hilo conductor Jack el destripador y otros monstruos, la obra del escritor Antonio Ballestero, quien quiso acompañarnos con un vídeo de presentación en el que saludó a la Sociedad y explicó el origen de su inquietante proyecto.

    El recorrido se organizó en torno a los capítulos del libro, que sirvieron de puertas de entrada a los diferentes temores, obsesiones y fascinaciones de la era victoriana. Hablamos de los monstruos literarios —los nacidos de la imaginación de Shelley, Stevenson o Stoker—, y de cómo con Jack el Destripador el monstruo se hizo carne, encarnando en la realidad el reverso oscuro de una sociedad que, bajo su barniz de moralidad y progreso, escondía profundas grietas sociales y psicológicas.

    Entre los temas que emergieron a lo largo de la conversación, destacó el papel de las mujeres pioneras del terror, auténticas creadoras del género antes de que la posteridad lo convirtiera en terreno masculino. Se evocó el Londres de los barrios bajos, la dualidad entre civilización y barbarie, el miedo como reflejo de las tensiones morales de su tiempo, y la fascinación estética por lo macabro, tan característica de la cultura victoriana.

    La atmósfera íntima de El Laberinto —con sus luces tamizadas y su aire de gabinete de curiosidades— ayudó a que la sesión se convirtiera en una experiencia inmersiva, entre la tertulia, la lectura dramatizada y la reflexión histórica. Los asistentes participaron con entusiasmo, entre comentarios, preguntas y silencios cargados de sugerencia, como si por un momento el eco de Whitechapel se hubiera colado por las rendijas del local.

    Más allá del misterio y la anécdota, la actividad nos permitió reflexionar sobre la persistencia del miedo como expresión cultural, sobre cómo los monstruos literarios del XIX siguen hablándonos hoy con una vigencia sorprendente.

    El lado oscuro de la cultura victoriana no fue solo un homenaje al terror decimonónico, sino también una celebración del conocimiento compartido, del diálogo entre historia y literatura, y del poder que tiene el arte para iluminar, incluso en las sombras.

  • Feria del Libro de Jerez

    Feria del Libro de Jerez

    1 – 5 de octubre 2025

    Nuestra primera participación en la Feria del Libro de Jerez ha sido un verdadero éxito. Por primera vez, la Sociedad Literaria Sherlock Holmes contó con un stand propio, dedicado íntegramente al universo del detective de Baker Street y al género que lo vio nacer: la literatura de misterio y la narrativa victoriana.

    A pesar de ser una propuesta tan concreta, el interés del público superó todas las expectativas. Decenas de visitantes se acercaron atraídos por el magnetismo de Sherlock Holmes, por la estética del siglo XIX y por la curiosidad de descubrir una sociedad literaria dedicada a difundir ese patrimonio cultural con una mirada contemporánea.

    El stand se convirtió en un punto de encuentro: se habló de libros, de autores, de adaptaciones y de los proyectos que tenemos en marcha. Fue, en muchos sentidos, nuestra primera puesta en escena pública, un paso firme hacia la visibilidad y la consolidación de este sueño compartido.

    Participar en la Feria del Libro de Jerez nos ha permitido comprobar, una vez más, que la literatura victoriana sigue viva, que su misterio y su elegancia aún convocan lectores. Y que Jerez, ciudad de palabra y memoria, acoge con entusiasmo todo aquello que nace del amor por los libros.

  • Presentación de la Sociedad

    Presentación de la Sociedad

    25/09/2025

    Estrenamos esta Bitácora de la Sociedad con un recuerdo que, más que una crónica, es una celebración. Porque lo que vivimos hace apenas unos días merece quedar escrito: jamás imaginamos que aquella locura literaria que fraguamos hace tres años, entre cafés, lecturas compartidas y planes que parecían demasiado grandes para nosotros, acabaría arropada por más de cien personas.

    Jamás pensé que en el salón de actos del Palacio de Villapanés tendrían que sacar sillas de más, porque las habituales no bastaban para acomodar a todos los que se acercaron a celebrar con nosotros el nacimiento oficial de la Sociedad Literaria Sherlock Holmes.

    Todo empezó como empiezan los proyectos literarios de verdad: con un pequeño grupo de entusiastas que compartíamos una pasión común. En nuestro caso, no solo era la obra de Arthur Conan Doyle, sino también la literatura victoriana, las narraciones de misterio y el deseo de crear un espacio cultural abierto a todos. Durante estos años hablamos de fundar algo que uniera esas inquietudes: una asociación que no se limitara a leer y comentar libros, sino que fuese un faro de actividades culturales, formativas y de integración social en Jerez.

    Soñábamos con conferencias, tertulias, representaciones teatrales, rutas literarias. Soñábamos, sobre todo, con que la literatura sirviera de puente para unir a personas distintas en torno a un mismo fuego imaginario. Y aunque soñar es gratis, dar el paso de llevar la fantasía al terreno real requiere valor, constancia y, en cierto modo, una pizca de inconsciencia.

    El día de la presentación fue esa prueba definitiva. A media tarde, mientras ajustábamos los últimos detalles de la mesa, los carteles y los libros que nos acompañarían, la duda se me clavaba como un alfiler en la garganta: ¿y si vienen cuatro gatos? Pero apenas unos minutos después de abrir las puertas, las dudas comenzaron a disiparse.

    La gente llegaba en oleadas: algunos conocidos, otros completamente nuevos. Rostros jóvenes mezclados con veteranos de las letras. Profesores, lectores apasionados, curiosos atraídos por el magnetismo del detective de Baker Street. Pronto las sillas habituales quedaron ocupadas y, en un gesto que aún me emociona, el personal de Cultura tuvo que traer más. Ver cómo se multiplicaban los asientos —y aun así no bastaban— fue la mejor constatación de que la semilla que habíamos plantado había echado raíces más hondas de lo que jamás sospechamos.

    La presentación fue una fiesta de la palabra compartida. Desde el inicio, la energía en el salón era la de una comunidad que se reconoce. Hablamos de la génesis de la Sociedad, de los objetivos que nos marcamos, de las actividades que ya tenemos en marcha y de las que soñamos con realizar. Hubo quien recordó cómo la literatura de Conan Doyle marcó su infancia; hubo quien habló de lo mucho que necesitamos espacios culturales en estos tiempos en que el ruido digital amenaza con ahogar la lectura pausada.

    La Sociedad Literaria Sherlock Holmes nació de la admiración por un personaje inmortal, pero su alcance va mucho más allá. Queremos que sea un refugio para cualquier amante de la literatura, un laboratorio de ideas donde se crucen géneros y épocas, y un lugar en el que los libros no se encierren en vitrinas, sino que salten a la vida cotidiana.

    Celebrar todo esto en el Palacio de Villapanés añadió un simbolismo imposible de ignorar. Entre sus muros centenarios, bajo los techos que guardan ecos de pasados fastos y silencios nobles, nuestro proyecto adquirió una densidad histórica. Era como si el edificio nos recordara que la literatura no surge en el vacío, sino que se inserta en un tejido de memorias, de generaciones y de espacios que han sido testigos de tantos otros intentos de crear belleza y pensamiento.

    Mientras hablábamos desde la mesa, no pude evitar pensar en cómo ese salón había albergado otros actos culturales, cómo había visto pasar la vida social y política de Jerez, y cómo ahora acogía una sociedad que, modestamente, quiere dejar su propia huella.

    Porque la Sociedad Literaria Sherlock Holmes no se limita a rendir homenaje a un personaje inmortal. Queremos abrir talleres de escritura, organizar encuentros con autores, acercar la literatura a quienes no siempre tienen fácil acceso a ella. Creemos que leer puede ser una herramienta de transformación social, una manera de tender puentes entre generaciones y de ofrecer alternativas de ocio enriquecedor.

    El entusiasmo de quienes se acercaron a la presentación fue una prueba palpable de que la cultura aún convoca, aún emociona, aún tiene un lugar privilegiado en nuestras vidas. Entre el murmullo de la sala, los aplausos y las felicitaciones, lo que más me conmovió fue la mirada de quienes se acercaban a decirnos que necesitaban algo así, que estaban deseando participar, aportar, crecer con nosotros.

    Esta primera entrada de la Bitácora de la Sociedad no pretende ser un autobombo ni un recuento frío. Es una constancia escrita de que, a veces, los sueños literarios también se cumplen. Detrás de cada silla extra que se trajo al salón de actos había una persona real, con su propio amor por los libros, dispuesta a apoyar un proyecto que hasta hace poco solo existía en conversaciones informales.

    Escribir estas líneas me devuelve la certeza de que la literatura no está muerta, ni mucho menos. Late en las páginas, pero sobre todo late en los espacios donde nos reunimos para hablar de ella, para imaginar nuevas formas de hacerla vivir. Late en las sociedades literarias que, como la nuestra, nacen de la pasión de unos pocos y terminan por reunir a muchos.

    El reto ahora es estar a la altura. Las expectativas son altas, y el entusiasmo de los socios y simpatizantes nos impulsa a seguir adelante con responsabilidad y creatividad. Habrá tropiezos, sin duda, pero la base está construida: una comunidad viva, vibrante y convencida de que la literatura sigue siendo una de las formas más hermosas de encontrarnos.

    En lo personal, me llevo la imagen de aquel salón abarrotado, las sillas improvisadas en los laterales, las miradas expectantes y la certeza de que aquel día marcó un antes y un después. Porque no todos los días se presenta en sociedad una idea que nació como un sueño improbable. Y porque, en definitiva, la Sociedad Literaria Sherlock Holmes ya no es solo un proyecto nuestro: pertenece a todos los que decidan sumarse a esta aventura.